Aunque lentamente, la primavera hace presencia en nuestras vidas, el sol luce con más fuerza, los árboles y plantas empiezan a llenarse de flores, revolotean los insectos, empiezan a cortejar los animales, las tormentas nos sorprenden con ese cielo que parece anunciar el fin de algo y que al final es el comienzo de nada.
La primavera suele traernos algún que otro producto de esta época, aunque a diferencia de hace unos años, podemos encontrar en el mercado durante todas las temporadas, productos que antes solo encontrábamos en su estación concreta: fresas, melones, sandías y de lo que os traigo hoy la receta, del ajo porro, ajo puerro, como queráis llamarlo. No es puerro, muy grande para cocinarlo así. Es pequeño, casi el brote primerizo que se hunde en el suelo. Es una delicia para comerlo en revuelto, en tempura y en esta ocasión en tortilla.
Una tortilla pequeña, que en porciones, bien puede servir, como dice el título, para servirlo como pintxo.
Ingredientes para una tortilla, con la que podríamos hacer unos 12 pintxos:
2 manojos de ajos porros.
5 huevos medianos.
12 rebanadas de pan.
Sal.
Aceite de oliva virgen extra.
Elaboración:
Limpiamos y adecentamos los ajos porros, cortando los tallos, hasta llegar al tallo blanco-verde. Le quitamos la primera capa, como si fuera una cebolla.
Los lavamos y partimos en trozos muy, muy pequeños.
En una sartén con un poco de aceite, sofreímos los ajos porros, hasta que estén completamente hechos. Durante el proceso, les añadiremos sal. Escurrimos en papel de cocina, para quitarles el exceso de aceite. Reservamos.
En un bol, batimos los huevos, un ratito, dejarlos bien batidos, para mí es muy importante batir bien los huevos para que la tortilla salga perfecta. Salamos un poco.
Calentamos una sartén pequeña, la mía era de 15 cm de diámetro, con un poco de aceite y la llevamos al fuego, bajo.
Mientras vertemos y mezclamos los ajos porros con los huevos batidos. Cuando el aceite esté caliente vertemos la mezcla y dejamos que se vaya haciendo poco a poco, moviendo la sartén para que no se nos pegue y se reparta el aceite por la base.
Damos varias vueltas a la tortilla con la ayuda de un plato o de un "vuelve-tortillas", hasta que esté a nuestro gusto. A mí la tortilla no me gusta excesivamente cuajada, y ahora que aún no hace calor me puedo permitir comerla de esa manera. Me gusta jugosa !!.
Dejamos templar la tortilla en un plato.
Mientras pasamos las rebanadas por una tostadora o por el horno. Reservamos.
Partimos la tortilla en 12 trozos triangulares y ponemos uno encima de cada tostada de pan.
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